Siguiendo con las entregas del Especial del Bolero de Mabela y Sonidos del Mundo.
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jueves, 26 de febrero de 2009
Su Majestad 'El Bolero' - Sonidos del Mundo (3/5)
domingo, 22 de febrero de 2009
El cuchillo en el alma: El amor traicionado
Dice el genial Eloy Jáuregui que el bolero viene dado en nosotros por el ADN mismo, desde la cuna o la infancia, embebido en todo aquello que se escuchó en nuestras casas. Es una excepcional explicación a por qué muchos de los que nacimos después de su apogeo escuchamos boleros como si nos fuera natural. Es porque lo llevamos en el alma, sin duda.
Pero ello no explica, sin embargo, por qué es que nos sentimos atraídos por la magia negra del bolero, de cómo nos acercamos a él en las más infaustas horas. Será acaso que es como el bálsamo necesario para el alma adolorida, esa manera de enfriar nuestro melodrama personal, o será que no hay mejor forma de encontrar en el silencio de nuestra soledad la palabra doliente que nos expliqué la tragedia de nuestras vidas. El bolero es eso, la consolación tardía de algo que nos fue concedido desde siempre pero enceguecidos por la pasión dejamos de oír. Y el amor traicionado lo explica todo.
Volviendo a la escena aquella en la soledad de la mañana, rodeado de botellas compañeras y lágrimas jugosas. Es un domingo, y solo la vigilia estuvo presente en las horas más tristes de la desilusión. Una traición explica el cuadro, el vaso y el llanto, la piel marchita y el rostro azul. Sólo un desamor, nacido en la locura de la mente que pretende alargar lo inexplicable o darle vida a lo irreal, puede ser capaz de soportar tales angustias.
O esa otra imagen de la mujer de más de cuarenta frente a la pantalla, esperando que el amor llegue envuelto en códigos binarios, como si las palabras de un mensaje emergente fueran dichas al oído humano. Esa droga de amor alimenta diariamente la creencia infame de que el amor existe y de que es real. Pero la vida, una vez más, como en un bolero, le hace saber, tarde o temprano, que hasta los circuitos son infieles, traicionan, no son buenas, hacen daño, que dan penas y se acaban por llorar.
Y la muerte llega, de la mano del alba y la sequedad de los ojos. Las heridas, ya cansadas, ya lentas, dejan de doler, se vuelven incluso caricias ausentes, adormecidas, propias, como antesala bendita al olvido, esa extraña sensación de que todo es gris, opaco, como distante, como resaca indolente de la mañana siguiente. Pero es en ese olvido que el corazón encuentra nuevamente la paz perdida, ese sosiego incomprensible y que suena ya raro en la intranquilidad de lo cotidiano. Es como el antídoto bendecido que llega a los labios secos, quebrados y amargos, labios sin vida, labios sin fe. Porque un desengaño dura mucho, tanto como el amor mismo, puede ser eterno, puede ser fugaz, puede que no sea si no tan solamente el otro nombre de la desesperanza, de la demente conclusión a la que todos llegan, poco antes, poco después: el amor no existe.
Pero como bien afirma la siempre acertada Mariella Garay, leyenda urbana de la dolencia vespertina del amor, vale más sufrir por amor que nunca haber amado. Y es en esa certeza que los amantes traicionados, sedientos de los jugos que provee la fruta negada del amor, vuelven a delinquir en los pantanos prohibidos del amor, cómo feroces criaturas que insaciadas de dolor, regresan al acometimiento inefable del beso y de la creencia, y por ende de la sospecha y la incredulidad. ¿Es en ese círculo vicioso que se encuentra acaso el placer secreto de las almas adoloridas?
Por que no es tal vez que da lo mismo embriagarse con los jugos del amor que con el alcohol compañero, son vicios al fin, que exagerados en la plataforma innegable de la vida, llegan a saciar las fuentes inagotables de amor y tormento que algunos tienen también grabados en el ADN. Porque hay que haber vivido para saber escuchar un bolero, pero hay que haber sufrido para sentirlo propio. Y pienso en varias cosas en este momento que me entrego al vicioso rito de escribir sobre el amor, la liturgia de la sospecha, pero un acto de fe; una prueba de lo inexistente comprobada en el vértigo inenarrable del tacto vivo.
Y después de este recorrido, no es incluso claro el afirmar que el amor traicionado no es menos inherente al ser humano que el respirar, porque para amar se ha nacido, como dijo el poeta, sin más distingo de edad o de sexo que aquel que nos autoimponemos, y para ello es que mostramos nuestras rodillas desnudas y los pies descalzos, para alcanzar la certeza de que el objeto de nuestro amor, es, bendito sea Dios, tan real como nuestras lágrimas.
Si es preciso mátame como lo hiciste en el ayer
Si este es el precio por tu ausencia ¡lo pagaré!
Y antes de que el adiós halle el instante preciso
No te inquietes por mí ¡alguien como tú aparecerá!
sábado, 21 de febrero de 2009
Su Majestad 'El Bolero' - Sonidos del Mundo (2/5)
La Segunda entrega del especial sobre el Bolero que presentara nuestra querida Mabela Martinez en su Sonidos del Mundo.
viernes, 20 de febrero de 2009
La única certeza del espíritu humano: la Duda
En medio de los mismos cambios que vive el mundo de la década del sesenta, con la muerte reciente de Kennedy y la aprobación de los derechos civiles en Estados Unidos, se presenta el primer alumno de color en el colegio, el pequeño Donald Millar, a quienes algunos molestan pero que otros tienen por ser el simple niño monaguillo que asiste al padre Flynn en los servicios de los somingos. Pero cuando la hermana James, la novata religiosa que interpreta Amy Adams, le comenta a la hermana Aloysius sus sospechas de que el padre Flynn presta demasiada y sospechosa atención a Donald, la superiora comienza una cruzada personal para sacar a la luz la verdad y expulsar a Flynn del colegio y de la Parroquia.
Titulo Original: Doubt
Género: Drama
Nacionalidad: USA
Año: 2008
Director: John Patrick Shanley
Guión: John Patrick Shanley
Reparto: Meryl Streep, Philip Seymour Hoffman, Amy Adams, Viola Davis
miércoles, 18 de febrero de 2009
Cuando el piano es seducción y la voz un suave terciopelo: Eliane Elias o la musa inspiradora del jazz
En la siguiente nota, una pincelada sobre Eliane Elias, una de las más celebradas y galardonadas pianistas del Brasil de nuestros días, una incansable predilecta y sibarita de excelente gusto musical.
Eliane Elias nació en São Paulo un 19 de marzo de 1960. Es una pianista básicamente de jazz que se aproxima sin embargo y muy constantemente a la fusión con las llamadas músicas del mundo, entre ellas el bossa nova de su país de nacimiento. Vive actualmente en New York y desde ahí sigue produciendo incesantemente música, temas que el público galardona con lugares de privilegio en las listas de éxito de ventas.
Heredó su talento musical de su madre, Lucy, pianista clásica que también se interesaba por el jazz. Tras estudiar seis años en el Free Center of Music Apprenticeship en Sao Paulo, siguió estudiando técnica clásica con Amilton Godoy y Amaral Vieria. Con tan solo doce años ya tocaba obras de Art Tatum y Bill Evans.
Ya de adolescente, Elias compuso sus primeros temas y empezó a actuar en clubs de jazz. Y es que Eliane es una pianista versátil, además de compositora y cantante, capaz de enfrentarse por igual al jazz más ortodoxo, a la música clásica o a la música popular sudamericana. Pero sobre todo siempre se vislumbró como una pianista de jazz en el más estricto sentido de palabra, con una gran facilidad improvisadora y una exquisita técnica, plagadas de un enorme contenido emocional y lírico que brilla de forma extraordinaria cuando incorpora a su repertorio temas brasileños -ya con diecisiete años acompañaba a Toquinho y a Vinicius de Moraes en sus recitales-, piezas de Jobim, Iván Lins o Milton Nascimiento, sinuosas líneas cromáticas por las que se desliza con inteligencia y maestría.
Realizando una gira por Europa en 1981, conoció al bajista de jazz Eddie Gomez que la animó a viajar a Nueva York, donde estudió con Olegna Fuschi en la Juilliard School of Music.
La carrera profesional de Elias consiguió un avance importante cuando fue invitada a unirse al grupo Steps Ahead, formado por Michael Brecker, Peter Erskine, Mike Manieri y Eddie Gomez. Grabó un disco el grupo, Steps Ahead, en 1983. Tras abandonar el conjunto, empezó a colaborar con el trompeta Randy Brecker con quien se casaría más tarde y grabaría un disco a dúo con él.
Su siguiente paso profesional fue el de convertirse ella misma en líder de sus grupos con los que ha realizado varias giras (contando con músicos como Jack DeJohnette y Gomez, en su primer trío, y Erskine y Marc Johnson en el segundo). Su tercer trío contó con Marc Johnson al bajo y Satoshi Takeshi a la batería.
Su disco de 1995 Solos and Duets lo realizó con Herbie Hancock. Aunque muchas de sus grabaciones han sido solo instrumentales, Elias ha incorporado también su voz en discos como Eliane Elias Plays Jobim de 1989. Trabaja también periódicamente con el Toots Thielman's Brasil Project y como directora musical del grupo de Gilberto Gil.
Además de su faceta como profesora de piano en el Lincoln Center de Nueva York, como miembro de la Asociación Internacional de Educadores de Jazz, de entre sus últimos trabajos discográficos y colaboraciones, destacan: sus grabaciones con Toots Thielemans en "Brazil Project" o con Joe Henderson en "Double Rainbow". Un estupendo disco, "Solos & Duets", compartido con Herbie Hancock. Su presencia en la película y disco sobre el jazz latino, "Calle 54", de Fernando Trueba y su reciente "Everything i Love", un brillante recorrido musical de trece baladas de amor, en el que vuelve a reunir a dos secciones rítmicas excepcionales: Marc Johnson y Jack DeJohnette, Christian McBride y Carl Allen, con composiciones propias y de clásicos como Porter, Berlin o Gershwin.
lunes, 16 de febrero de 2009
In Memorian, Joe Cuba
Cuba llevaba varios años luchando contra una bacteria alojada en su organismo. En un principio se desconocía dónde incubaba el agente patógeno, pero luego los médicos confirmaron que se encontraba en una prótesis de cadera que fue implantada al salsero tras una caída.
Feliciano narró que, poco antes de que el corazón de Cuba dejara de palpitar, él solicitó a la familia que le permitiera despedirse a través del teléfono, ya que se encuentra en Puerto Rico preparando un próximo viaje de trabajo a Suiza.
En los útlimos años, Joe Cuba siguió dando su arte sin demora ni pausa, tratando de seguire en la vigencia de los nuevos tiempos, algo que definitivamente ya no le iba, pero sin caer en el olvido. Nuestro homenaje sincero y sentido a una figura tan señera de lo latino, que representa la identidad propia a pesar de tener todas las razones adversas.
domingo, 15 de febrero de 2009
Esa locura llamada amor
Hay algunas conjeturas desplegadas para entender el amor en la vida de un ser humano. Mi consideración inicial es que el amor tiene varios nombres, o se disfraza de distintas formas para apoderarse de nuestra conciencia, algunas veces con cordura y otras con demencia, pero amor al fin. Ya sea que se trate de un sentimiento bondadoso que nos presiona el pecho por prolongadas jornadas o sea que se trate de los dieciocho meses que se dice dura la pasión, el amor estará presente en nuestras vidas siempre que le abramos las puertas, por cansancio, por vergüenza, por ansiedad o por necesidad.
Distintas formas y sugerentes nombres para cada mentalidad o para cada vivencia personal, el amor llega a la vida del ser humano en el momento menos pensado. Aunque algunos preferirán negarle existencia, sumidos en la absoluta convicción de que se trata de un signo inequívoco de la más absurda debilidad y que expone a la persona a una invariable sensación de indefensión. Incluso para ellos, el amor tarda pero llega, como lo ha explicado la realidad. Muy cerca nuestro, de seguro, encontraremos ejemplos visibles de cómo puede sentirse amor por las cosas y las personas más increíbles, o de las formas menos probables, pero que dan cuenta de esa transformación que necesariamente se da en la psiquis y en la conducta de la persona.
Cuando adolescentes, el amor llega de maneras insospechadas y crueles. Nos aborda de forma irrefrenada y sacude nuestros espíritus sin piedad alguna. Los objetos del deseo son, por lo general, comandantes de nuestros destinos. Caemos presas de los mandatos inverosímiles de la persona que se ama, pero que no necesariamente nos ama. En todo caso, aprendemos a conducirnos por los senderos inextricables del amor. Y lo dominamos, entre caídas y machismos. Hasta que nos superamos a nosotros mismos, logrando construir conclusiones a partir de premisas falsas, como casi siempre suele suceder, teniendo lugar entonces frases como “pero qué pasó”, o aquella de “está loca, ese patán no le conviene”, entre otras. Y lo peor de todo es que, solo a veces, tienen razón.
No hay duda en que para ese momento, al desoír cualquier comentario o consejo, estamos ya absolutamente embebidos en el amor, en él y en los jugos que provoca. Pero hay otros jugos, más bien elaborados, los que nos abordan cuando el amor se quiebra. He sido testigo de espectáculos abominables de declive infrahumano en aquellos que se sienten dejados o traicionados, y es que es inevitable que se nos rompa el corazón de manera literal cuando el amor tenía invadido nuestro cuerpo y de pronto sale de él, exorcizado por brebajes perfectamente equilibrados. Y en ese instante aplicamos principios de física elemental, porque sabemos que ninguna materia puede ocupar el espacio de otra al mismo tiempo, de ahí que se afirme erróneamente que “un clavo saca otro clavo”.
El aprendizaje del amor va adquiriendo forma de las maneras más insospechadas a lo largo de nuestras vidas adultas. Aparecen las convicciones y las carencias. Surge entonces la ansiedad, la angustia, por determinarse un destino con alguien al lado, aunque muchas personas tuvieron que darse cuenta mucho antes de que ello no es una necesidad a prueba de todo, muchas veces se aprende solo o sola, a fuerza de entereza y de dolor. Pero ese mismo dolor es el que lleva a las personas de presenciarse protagonistas de historias irreales, como aquellas del segundo amor, el amor virtual o la nueva vida. No existen tales fantasías, son solo creaciones de la mente adicta a las sustancias que alimentan el amor y que crean dependencias complejas en los indigentes de afecto.
Pero, siendo honestos, no es bueno sentirse atrapado en esas redes. Hay boleros y canciones que le confieren más valor en la vida al sufrimiento por causa del amor que a la ausencia de éste. Y es que parece existir un consenso en que es el amor aquello que mueve al orbe y sus partes componentes. No queda ya duda de la gloriosa enfermedad que nos asalta cuando somos víctimas del amor y sus síntomas. No es acaso que no existe sino placer en la compañía de la persona que se ama. No es acaso que se halla la máxima expresión de felicidad en la contemplación del rostro de la persona amada. No es ese primer helado, esa caminata, esa larga conversación, lo que da vida a nuestras alcohólicas vidas, aquellas como las que describió Gingsber en su más celebre composición, esa en la que reclama amor porque para ello se ha nacido, sin importar de dónde o de quién provenga.
Al final, los recuerdos que se atesoran en el corazón, hablando más del cofre de las emociones que del músculo proveedor de sangre fresca, son el mejor logro en la experiencia de vida de una persona. Haber aprendido a amar, perdonar y ser perdonado, aunque a veces es más complejo perdonarse uno mismo por las culpas negras que pesan como inmensos peñascos sobre el propio pecho. Y esa sensación de sabiduría permanece en las personas, como alivio al espíritu, sabiendo que alguna vez se amó y se fue amado, entendiendo que nunca más en la vida se quiso de manera similar, porque –seamos honestos- una sola vez se ama en la vida.
Hay quienes, sin embargo, tienen miedo al amor. Huyen de él y son más bien adictos al chocolate, porque encuentran en ese producto el sucedáneo perfecto para el alma. O quienes lo quieren encontrar en los lugares y las personas menos correctas. Mi amigo, librepensador y narrador Marco García, prefiere decir de ellos que se buscan las razones imposibles para permanecer siempre solos, cobardes y sin ánima alguna. Por su lado, el poeta Héctor Ñaupari, más inclinado a las formas que el amor adquiere cuando se enredan los cuerpos, opta por darle libre aire al vuelo desencadenado del amor. Yo coincido con ambos. No existe forma que no se le conceda al amor, libre, fuerte, honesto –no necesariamente sincero- que los amantes decidan, conscientemente o presas de alguna suerte de locura momentánea. En la Teoría Regresiva del Amor, elaborada por mi amiga Mariella Garay, las cosas y los amores solo fluyen y no vuelven jamás. Y de eso, ella está segura. Y yo le creo.
Y para cada momento de este largo itinerario existe un bolero que lo grafica o lo representa, algunas veces con absoluta claridad y otras con sentenciosa sospecha. La verdad es que vivimos envueltos en un juego de sensaciones, aquellas que nos conducen irremediablemente hacia el yugo del amor, del que muchos no queremos salir o del que casi nadie quiere escapar.
años tras años convertidos
ropas viejas y lágrimas caídas
Si, te conozco, a ti y a tus ojos
y no me hallo en ellos
huyo de mí, imagen infinita que vuelve
y encuentro mis propios pasos
aquella tarde de noviembre
cuando dejé mi corazón
partido en cinco maletas
Vuelvo a ti iluminada existencia
a por tu luz incesada
y acometo mis suspiros tardíos
y me pierdo en los míos
latidos mojados del futuro
muero de miedo muero
y ni tu luz ni sus ojos me bastan
no hay más luz ni nada
ni tarde ni corazón ni maletas
no hay sino polvo de nada
vacío de estruendo
baladro cansado contra la noche
Y mi vieja cara de reflejo
Vuelvo a ti luz de noche
y a la gris vereda en que nací
igual que aquella otra ceniza
en Que morí con mis palabras
para arañar el viento
y gritar en silencio
que me huyo y no me busco
y me condeno a vivir
sin tus ojos
sin tu luz
Fernando Cataño Florián
Miraflores, 08/02/2009
viernes, 13 de febrero de 2009
Su Majestad 'El Bolero' - Sonidos del Mundo (1/5)
Excelente estrega de nuestra querida Mabela Martinez y su Sonidos del Mundo sobre el Bolero. Y en el mes del amor, huelgan las palabras. Notese la presencia del conductor Leo Ramirez, un viejo amigo de esta casa.
Disfrutenlo!
A 46 años de su partida, Beny está más vigente que nunca
La conferencia estará a cargo del musicólogo e investigador de la historia musical cubana Sr. Rodolfo de La Fuente, quien compartirá con los asistentes aspectos desconocidos de la vida del “Bárbaro del ritmo”, como se le conocía a Benny, además de presentar algunos temas musicales inéditos, videos y fotografías. El sonero mayor, con su voz potente y melodiosa, capaz de pasar de graves a agudos con suma facilidad, unida a su estilo bohemio y popular, fue un exponente único del canto y la expresión de la música cubana; estilo y arte que trascendieron en toda América Latina.
Rodolfo de La Fuente es compositor cubano, cantante, guitarrista y poeta, ha dictado conferencias en centros culturales y universidades de Cuba, Colombia, España, Estados Unidos, México, Panamá y Puerto Rico. Fue fundador del movimiento de la Nueva Trova, de la UNEAC y de la SGAE, y ganó el concurso Adolfo Guzmán en 1979 con su canción Mujer, si la distancia es esa huella, interpretada por el grupo Manguaré, que le valiera sendos premios de la prensa y de la revista Bohemia. Actualmente realiza programas musicales para Radio Habana Cuba. Posee diversos premios musicales y literarios en Cuba, además de componer y cantar numerosos éxitos musicales. Colaboró con nuestra Susana Baca en la producción de su disco "Lamento Negro", ganador del Grammy en el año 2002, musicalizando el poema del peruano Alejandro Romualdo, "La Unidad".
Gracias a la Asociacion Cultural Musical Beny Moré y su lider, Adolfo Flores. Y por supuesto, gracias al auspicio de IPAE y la Embajada de la República de Cuba.
Sus comunicaciones, por favor con el Sr. Adolfo Flores al correo culturalbennymore@gmail.com o al teléfono 99565-3276.
miércoles, 11 de febrero de 2009
Larga vida al maestro: Descansa Cachaito !
"Él estaba enfermo desde hacía más de mes y medio. Primero fue operado de una hernia y luego de la próstata, pero se complicó, se le presentó una insuficiencia renal y murió", dijo su cuñada, Rosa García Máden.
El funeral aún no tiene fecha porque la familia espera la llegada de sus hijas, que viven en Barcelona (España) y están haciendo los trámites para viajar a La Habana.
Uno de sus compañeros del Buena Vista Social Club, el trompetista Luis Manuel ("Guajiro") Mirabal, declaró a Efe que "para el grupo es una pérdida irreparable. Fue un gran músico, un gran compañero, es una desaparición muy sentida".
Nacido en La Habana el 2 de febrero de 1933, López creció en el seno de una familia de músicos: su padre, Orestes López, y su tío Israel "Cachao" López se destacaron también como contrabajistas, compositores e instrumentistas.
Orlando estudió con su padre, integró la orquesta de Arcaño y sus Maravillas, fue miembro de la banda de jazz Riverside en 1954 y en 1960 formó parte de la Orquesta Sinfónica Nacional.
En 1966 tocó con la Orquesta Cubana de Música Moderna y en 1996 fue elegido para el Buena Vista Social Club con otros relevantes intérpretes, varios ya fallecidos, como el cantante Ibrahim Ferrer, el trovador Compay Segundo, el cantante Pío Leyva y el pianista Rubén González.
martes, 10 de febrero de 2009
A propósito del amor...
¡Hay retratos tendidos en el suspiro del atardecer!
La noche con su mirada sombría inunda al océano
domingo, 8 de febrero de 2009
Santos Colon con Hector Lavoe - Mirame Mas
Dos grandes. Un bolero muy bello. El homenaje al amor. Huelgan las palabras.
sábado, 7 de febrero de 2009
El Bolero presente en la vida: El amor no correspondido
Y no tengo dudas de que debemos abrir con la obsesión, el primero de los nombres de este amor tifoideico. Se han puesto a pensar en que “no habrá una barrera en el mundo que el amor profundo no rompa por ti”, amada mía, lejana, que quizás no sabes que existo, pero que a pesar de la oposición del destino tienes mi devota permanencia y contemplación, regalos que te doy tan solo por que sí. Ese primer bolero estudiado en esta nota –Obsesión- es quizás el más claro ejemplo de lo que se viene a decir: el amor obsesivo de aquellos que, aunque lejos y sin palabras, entregan sus cuerpos al solitario placer de la dedicación y la consagración. Porque no es ninguna novedad que el amor esta estrechamente ligado a la sexualidad; y es que no es sino la locura del cuerpo la que lleva a convertir la sana y humilde contemplación a la obsesión por la total posesión, no sólo de los días y las noches sino de los pensamientos y de las exudaciones todas. Una locura que más de uno sabrá reconocer en sus momentos más adolescentes y que nos arrebata una sonrisa sonrojada.
Mucho se ha escrito ya sobre el fenómeno de la música como expresión natural y esencial del ser humano, más instintiva que muchas otras de nuestras manifestaciones culturales, por cuanto ha sido ligada indesligablemente con la tierra y la vida en comunidad, la fecundidad y conservación de la especie. A este rubro, insertamos como tópico necesario el de los sentimientos, algo que nos diferencia de los animales pero que muchas veces nos rebaja a niveles inferiores, en la medida en que esos sentimientos y sus manifestaciones emocionales son tan oscuros que hasta los más encendidos palidecen. Porque nadie va a negar que por amor o en su nombre se han cometido atrocidades, locuras y bestialidades, de consecuencias luego advertidas y no queridas.
Pero más allá de las mezquindades particulares, el amor no correspondido ha sido identificado muchas veces en el bolero con sentimientos de desprendimiento, que lo acercan más a la certeza de que “algo no pudo ser” que a la embriagada convicción de que “fue” cuando en realidad “nunca se supo nada”. En este sentido aparece el bolero Inútilmente, interpretado magníficamente por Gregorio Barrios, quien es el trovador despreocupado que de despide de aquello que pudo ser pero que no fue.
Yendo un poco más en la ruta del amor. Qué hubiera pasado si ese amor casi inadvertido o desconocido se mostraba afectuoso y con la mueca correcta pero decidía que no debía seguir adelante, sin llegar a la traición, solo una cuestión de experimento interrumpido, una ilusión fugaz, un capricho del alma que aunque con besos locos de pasión se agota en la improbabilidad mas que en salto al vacío, como reza el bolero Una aventura más, una canción de vacío que existe en muchas versiones y que nos sigue diciendo que, “después de esa noche, ella se alejará de ti”.
Pero hay boleros que no se quedan ni en el olvido de la imagen ida de la amada no acontecida sino que, más allá de noblezas, declaran amores cobardes y sin esperanza, lastimeros, despojos sin alma por la soledad de la innecesaria crueldad de la vida que, pudiendo corresponder, prefiere otorgarle a las almas quejosas tan solo el látigo del desprecio y la indiferencia. Ahí están Cobardía, con la voz de Leo Marini y Amor sin Esperanza con Celio Gonzales. Esos cantos a la trágica escena en que con solo despertar ni siquiera gritando su nombre el amor será real, “malaya sea mi suerte”; y se bebe, y se llora, y se sufre, porque todo es recuerdo, todo es dolor, porque “aunque te busque, nunca te puedo encontrar”.
Y en todas estas historias el elemento común en el desamor, la no correspondencia, la imagen no reflejada, la mejilla solitaria, el beso frio contra la noche o la caricia huérfana que nada más que en la noche de cristal y de alcohol se entiende viva y se sabe clara. Y aún en medio de esa noche distante, algunos le siguen cantando al amor, con un bolero, algo así como cuando Lucho Gatica estaba Contigo en la distancia, una lírica de lejanía que, a pesar de la ausencia, se sien te henchido de amor, quizá cierto, quizá demente, pero amor al fin, parte del alma, parte de sí. Y al final queda tan solo la esperanza, porque es como siempre la que va al final y paga las luces, como en el bolero de Armando Manzanero. En Esperaré, el bolero alcanza su grado más elevado de amor al vacío, casi absurdo, pero no hay duda de que el baladro postrero es muy lírico y de una poesía altamente cultivada, porque hasta para ser trágicos hay que ser elegantes y tener dignidad.
¿Y después qué queda? Un trago y más boleros ¿no es verdad?
jueves, 5 de febrero de 2009
Día Nacional del Pisco Sour
Como se recuerda, por Resolución Ministerial 161-2004-PRODUCE, se instituyó "el primer sábado del mes de febrero de cada año, como el día del Pisco Sour, a nivel nacional", en reemplazo de la norma anterior que fijaba el 8 de febrero.
El nombre de nuestro aperitivo Pisco Sour se hizo famoso en la década de 1960, cuando diplomáticos, turistas, políticos, escritores y toda la gama de profesionales y artistas acudían al hotel Maury para saborear el delicioso trago. Aunque aun hoy muchos siguen asignándole ese privilegio al Bar del Hotel Bolívar o al desaparecido Morris, es muy sencillo acudir a los referentes históricos que datan y ubican desde mucho antes la elaboración del Pisco Sour en el Maury.
El Pisco Sour tiene un sitio preferencial en el listado de aperitivos internacionales desde 1977, cuando durante un congreso internacional realizado en Venezuela se incluyó dentro del rol de los 75 tragos que debe conocer todo barman.
Como sugerencias, les paso algunos datos sobre lo que será el próximo sábado 07 esta ya cuajada celebración:
- El Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú (MNAAHP) en actividad conjunta con el restaurante "El Bolivariano", celebrarán, el próximo sábado 7 de febrero, el Día del Pisco Sour en los jardines del museo, a partir de las 12 del mediodía. El ingreso será libre.
- El Miraflores Park Plaza ofrecerá ofertas y recetas especiales durante todo el mes de febrero, en especial el sábado 7.
- La comuna de Santiago de Surco realizará este jueves al mediodía en el parque de la Amistad el "Brindis Nacional" con Pisco Sour y se develará un busto en homenaje a Víctor Morris.
- El viernes 6 se realizará a las 15:00 horas el concurso de elaboración de Pisco Sour en la categoría estudiantes; mientras que a las 18:00 horas se presentará el libro "Pisco Sour: historia y tradición", del autor Guillermo Vera Díaz. El texto será comentado por tres destacados promotores de nuestra bebida de bandera: el historiador Luis Repetto, el periodista Raúl Vargas y el vicecanciller de la República, Gonzalo Gutiérrez. La cita continúa en el Parque de la Amistad de Surco.
- El sábado 7 continuará el concurso de elaboración de pisco sour en la categoría profesionales, a las 15:00 horas, y a las 21:30 horas se realizará un show artístico con la reconocida intérprete criolla Cecilia Barraza. Esto, siempre en el Parque de la Amistad de Surco. Las celebraciones culminarán el domingo 8 con el concurso de elaboración de Pisco Sour en la categoría campeones, a las 15:00 horas. Todas estas actividades tienen ingreso libre.
- Las municipalidades de San Miguel y Pueblo Libre también han organizado sendas celebraciones en honor de la bebida de bandera. En el primer caso, tendrá lugar un acto especial en el parque de la Media Luna, donde se degustará el exquisito Pisco Sour, preparado por destacados bartenders.
- El JW Marriott Hotel Lima se une al homenaje con los más auténticos cócteles hechos a base de Pisco en su Lobby Bar, donde habrá un Happy Hour de 5 pm a 8 pm. El viernes 6 y sábado 7, día central de la celebración, habrá música y danzas peruanas en vivo desde las 8 hasta las 11 de la noche.
- Festival Gastronómico de Trujillo se realizará en el días del Pisco Sour. En la feria se podrán disfrutar diversos platos típicos de la zona a lo largo de treinta stands que se instalarán en el patio del local central de la Universidad Nacional de Trujillo (UNT), ubicado cerca a la plaza de armas de esta ciudad. El evento se desarrollará el próximo martes 07 de febrero desde las 11:00 horas. La entrada es gratuita.
- En Huacho, el importante evento se desarrollará los días sábado 7 y domingo 8 de febrero, en inmediaciones de la Plazuela Miguel Grau – altura del Malecón Roca. En esta ocasión, serán destacados productores vitivinícolas de la provincia de Huaura quienes ofrecerán degustaciones de sus mejores bebidas en sus diferentes variedades. En tanto, los que ocupen los primeros puestos recibirán un merecido reconocimiento.
domingo, 1 de febrero de 2009
En el mes del amor, su Majestad el Bolero
Su nombre no lo diré, pero ella sabrá al leer esto que haberme escupido en la cara su odio inexplicado por Leo Marini fue su más lamentable error. Esa misma idiotez que hoy que la recuerdo le trae sonrisas sonrojadas a mi añejo rostro fue la que me trajo sufrimiento aquella tarde de sol incansable en San Miguel. Y esa misma locura infantil ha ido marcando mi vida tras los años, como aquella vez que por entre los barrotes de la ventana me enamoré perdidamente de la muchacha que me confesó que Cómo fue de Beny Moré era lo mejor que jamás había escuchado, o la tarde nefasta aquella en que perdí a aquella misma muchacha en algo que todavía no termino de lamentar en medio de boleros sagrantes y palabras hirientes.
Mi vida ha estado marcada por el bolero, desde niño, y no me arrepiento, porque es con un bolero que recuerdo eterna a mi Mamma Oli y es con otros que sigo hoy de pie, haciendo latir mi corazón a través de los ojos de mi hija preciosa. Un bolero es y será, no tengo dudas, el motor de mis días, que así como te enseña a entender la vida, te educa para sobrellevarla a pesar de los días y las noches.
Cómo entonces, por amor de Dios, no amarlo ni dedicarle algo más. Desde el año de 1992 me he dedicado a estudiarlo, pero no fue sino hasta el año 2003, fatídico y simbólico, que empecé a vivirlos en carne y sangre. La carne la ponen las vivencias y la sangre, aquella que la legendaria combinación del ron con el vino sabe entregar al ser humano, despojo de sus más oscuros fantasmas, como bien decía mi viejo amigo Alex Arteaga, que hasta el de hoy se deleita en medio de libros y discos aunque cada día con menos cabello sobre sí.
Ya lo dicen los estudiosos, sólo existen tres temáticas posibles para el bolero bendito: el amor correspondido, el no correspondido o el traicionado, igualmente dolorosos todos, porque como dicen algunos de mis viejos favoritos, no vale más sufrir por amor que nunca haber amado. Entonces, llega a mi mente la demente idea de hacer un homenaje al dolor, la fatalidad, el recuerdo perdido, la nostalgia guardada, que son los otros nombres del amor, como le digo diariamente a mi amiga Mariella y menos veces a la gran Lili Carmela, que todo lo saben y todo o sienten, mujeres concebidas y cuajadas en el trance del bolero, ése que no nos permite seguir adelante con nuestros cinismos trasnochados ni las máscaras más elegantes.
Hay mucho por decir del bolero, entre estudios y sentidos testimonios de carne y alma, y a ellos dedicaremos este mes, para que aquellos que no terminaban de entenderme lo hagan, pero a través de un bolero. Qué viva el amor, lo único que sigue moviendo al mundo, tampoco tengo dudas.