Y llegó un nuevo 31 de octubre. Cada país tiene sus propias celebraciones, tradicionales, alegres, y envueltas en simbología y nostalgia. Para los peruanos es el Día de la Canción Criolla, celebrado desde 1944 en que fuera promulgado por el entonces presidente Manual Prado y Ugarteche. El mes de octubre es por ello tan significativo para los peruanos, no solo por el culto al Señor de los Milagros sino por el criollismo que lo tiñe todo en este mes, de morado y de fiesta.
Por ello, los colegios, desde hace algunos años, están empeñados en tratar de difundir y rescatar del paso del tiempo y las generaciones la vieja celebración que nos identifica y nos autentica. Es así que entre anticuchos y picarones, turrones y mazamorras moradas, el día 18 el Señor de los Milagros aparece por entre las calles de la ciudad dejando sus bendiciones a los fieles devotos que con paso firme lo acompañan, y el 31 se reserva para la celebración criolla más tradicional, con guitarra y cajón, recordando el devenir de nuestros compositores y cantantes, esos barrios cultores del criollismo y la historia misma de la evolución del valse criollo peruano, que a partir del waltz vienés fue transformándose en ese ritmo jaranero y replanoso o en el poema hecho canción.
Desde Felipe Pinglo Alva hasta Chabuca Granda, nuestros dos máximos compositores, que marcaron cada uno en su momento y en su estilo, los dos hitos más trascendentales de la evolución del valse criollo, con letras en donde se rescata la estampa cotidiana en el caso de Pinglo y la poesía urbana en el caso de Chabuca. En años más contemporáneos, a pesar de la existencia de muchos letristas y músicos, se puede contar como compositores de la Guardia Nueva a José Escajadillo, Augusto Polo, Juan Mosto y Lourdes Carhuas.
Mención aparte merecen dos de los cantantes de criollismo, ya fallecidos y convertidos en leyendas por su afinidad con el pueblo y el sentir de la gente, Lucha Reyes y Arturo 'Zambo' Cavero. En tiempos recientes los ídolos han desaparecido, siendo la última de ellos nuestra querida Eva Ayllón, persistiendo el cultivo de la música criolla con un importante contingente de jóvenes cantantes pero que no han destacado tan apoteósicamente como antes lo hicieron Oscar Avilés, Rómulo Varillas o Jorge Pérez.
Con esta, abrimos las celebraciones de la canción criolla, la que aprendí a querer y disfrutar desde niño, gracias a mis abuelos, como casi todo lo que soy ahora. Hemos querido dar cuenta de aquellos cantantes extranjeros que de alguna manera u otra han querido incorporar valses criollos en sus repertorios como sentido homenaje a nuestra música.
El salud es con Pisco!
No hay comentarios:
Publicar un comentario