A tan solo pocos días de haber sido lanzado oficialmente, el disco debut del talentoso actor nacido en Pittsburgh, Pensilvania, en 1952, Jeff Goldblum, se encuentra ya en los primeros lugares de éxito de la lista Billboard.
Como actor, lo recordamos por su rol clásico como Seth Brundle en "The fly" (1986) o por apariciones más recientes como en las trilogías "Jurassic Park" y "Jurassic World", "Independence Day" (1996) y "Thor: Ragnarok" (2017), en los que ha sabido sobresalir por su temple fresco, casi despreocupado, pero serio y contundente, lo que le ha valido el respeto de la crítica y el aprecio del público.
Por otro lado, al igual que otras estrellas del cine con mayor o menor notoriedad en la música, Goldblum ha sabido entrar por la puerta grande, ya que no solo está acompañado de una poderosa orquesta y ha elegido un género universal, además se luce en el piano de manera poco imaginada. Se trata puesta no solo de una grata sino una sorpresa que supera muchas de las expectativas que suscitó el proyecto.
Hablamos del álbum "Jeff Goldblum & The Mildred Snitzer Orchestra: The Capitol Studios Sessions" (2018), para Decca Recods en coproducción con Universal Music, una novedosa pero brillante joya musical que ha sorprendido a propios y extraños, adueñándose de las críticas, todas positivas por cierto, y del buen gusto del público que ya ha quedado conquistado por el actor y ahora descubierto pianista.
"El álbum es un guiño a cuando el jazz era divertido, social, sexy, en lugar de algo un poco más esotérico" dijo Goldblum al referirse a su ya exitoso álbum. ¿Cuándo el jazz se volvió demasiado serio para ser alguna vez tonto? Érase una vez incluso genios musicales como Louis Armstrong, Fats Waller y Nat King Cole cantaban canciones novedosas, bromeaban y cultivaban un ambiente de fiesta en sus espectáculos. Era correcto y apropiado que el género ganara un respeto crítico, pero ¿también se deseaba la respetabilidad? En este delicioso disco, Jeff Goldblum nos recuerda lo que se perdió.
Frescura, sofisticación elegancia, respeto, virtuosismo y un poco del toque despreocupado estilo Goldblum es lo que escontramos en este disco, que trajo a un nuevo talento para la música y que llegó para quedarse. Esperemos que, a diferencia de otros personajes de Hollywood, Goldblum esté abriendo toda una discografía tan buena y voluminosa como su ya consagrada filmografía.
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