De Chano Domínguez se puede decir muchas cosas, todas ellas apuntan en muchos sentidos a su versatilidad y manejo magistral de la armonía y la sutileza del jazz más intenso, a veces melancólico, otras efusivo, pero siempre apasionado. La suya es una historia de constante evolución, de solvencia, de madurez, de profundo respeto por la música que emana de su propia alma. Él define su labor artística como un autèntico explorador, señala “escarbo en el piano todos los días y alguna vez encuentro una piedra preciosa. Soy buscador y no tengo ninguna gana de convertirme en una caricatura haciendo siempre lo mismo.”
Nacido en Cádiz, España, en 1960 como Sebastián Domínguez, Chano comenzó hacia finales de su adolescencia a explorar géneros y propuestas de fusión, tocando en locales pequeños hasta que supo encontrarse a sí mismo en el camino, entre su esencia flamenca y la pasión por el jazz. Imaginar su esfuerzo creativo y esa convivencia con el piano es algo así como las ondas mágicas que una bailaora de flamenco dibuja en el aire con sus manos, mientras suena el guapeo y nace el quejío más profundo en medio de la noche.
Lo hemos visto al lado de grandes músicos, haciendo geniales recreaciones al piano, cmo Martha Valdes y Wynton Marsalis, pero sobresalen dos colaboraciones de modo particular, el disco con Martirio de 2004, "Acoplados", en el que con arreglos del propio Dominguez, se lucen algunos de los clásicos del cante jondo; y el disco en vivo con Paquito D'Rivera lanzado en 2009 "Quartier Latin", donde aparece una soberbia descarga con el nombre de Rumba Pa' Jerry.
Pero sin duda alguna el hito más reconocible por los que amamos el latin jazz es la participaciòn de Chano en el documental "Calle 54" de Fernando Trueba (2000), en el que no solo es el único español sino que plasma en el tema Oye como viene con la voz de Blas Córdova 'El Kejío' toda la arrolladora fuerza del flamenco en perfecta amalgama con el jazz.
En el disco de 2017, "Over the Rainbow", bajo el sello Sunnyside, Domínguez se desliza con absoluta gracia entre las teclas para recrear algunos clásicos como Gracias a la Vida o Los Ejes de mi carreta, en los que el trabajo de arreglo ha sido más bien una autopsia maravillosa que deconstruyó la correcta estructura de los viejos temas para emerger desde el fondo mismo del jazz para entregar unas bellas piezas de compleja ejecución, con arpegios armonías que deleitan al alma.
La grabación presenta solo a Chano y su piano, recogiendo el concierto grabado el 12 de febrero de 2012 en el Palau Falguera de Barcelona. Fue esa una noche fría en la que Domínguez lució su arte como nunca pero deleitó como siempre.
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