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domingo, 28 de marzo de 2010

In Memorian Tete Montoliu (1933 - 1997)


Ciego de nacimiento, Tete Montoliu comenzó a tocar el piano desde su más tierna infancia, influido por una familia de gran vocación musical. Se inició en el mundo del jazz atraído por la música del maestro Art Tatum, otro gran pianista ciego.

Tete comenzó ganándose la vida tocando en pubs de Barcelona, donde sería descubierto por Lionel Hampton, quien le invitaría a sumarse a su banda de gira por Europa. A partir de este momento se sucederán las giras, las grabaciones, los recitales y los festivales, y llegará a tocar con numerosos artistas de la talla de Chick Corea, Paquito D'Rivera, Alvin Jones, John Coltrane, Dexter Gordon, Ben Webster, Stan Getz, Stéphane Grappelli o Chet Baker.

Grabó un gran número de discos, de puro jazz, composiciones propias, arreglos de músicas tradicionales; solo, en colaboración (con Núria Feliu) o con su inseparable trío: el contrabajista Horacio Fumero y el baterista Peer Wyboris. En 1996, recibió un homenaje a escala nacional en el Teatro Monumental de Madrid con motivo de sus 50 años en el mundo del jazz. Tras su muerte, se creó la "Bienal Premios Tete Montoliu de Jazz".

Ante la pregunta de ¿A qué edad empezaste tu a tocar el piano?, Tete nos dice: "Mi padre dice que a los cuatro. No es ningún mérito. Uno nace para tocar el piano como otro para hacer zapatos, qué quieres que te diga. La causa es mi madre, fundamentalmente. Le gustaba el jazz, tenía discos ya en los años 30, y tocaba el ukelele, que es un instrumento de cuatro cuerdas, una guitarra extrañísima. La música de jazz, dentro del estado español, donde primero se escuchó fue en Cataluña. Mi padre era músico sinfónico, tocaba el oboe y el cuerno inglés en la banda municipal del Teatro del Liceo. Escuché las dos músicas desde que nací. En mi caso tuve suerte porque o tenía condiciones para tocar o me iba a vender cupones. Ahora los ciegos que venden cupones ganan mucho dinero, pero en mi época no. Mi padre era un músico muy bueno y muy serio, mejor que yo. Era muy wagneriano, sobre todo cuando bebía. Después de unas copas venía a casa cantando en alemán. Cuando tenía que hacer algún solo importante con la orquesta me llevaba a la función porque decía que le traía buena suerte. Luego, cuando salíamos, me preguntaba qué me había parecido y yo, como siempre he sido un maleducado y lo sigo siendo, le decía: tu muy bien, la orquesta una mierda".



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