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sábado, 22 de noviembre de 2008

Y sin embargo, te quiero



Yo aprendí a escuchar boleros gracias a dos mujeres, mi Mamma Oli y Toña La Negra. Pero vivirlos, es otra cosa. Eso lo aprendí junto a Patty. No pretendo acatar la seducción insinuante de las moralejas comunes, pero siempre se aprende algo en la vida. Y a mis humildes treintiséis algo he aprendido y me sigo sorprendiendo. Creo que eso es mantenerse vivo, dejar encendida la pequeña llama de la sorpresa, la capacidad de seguir aprendiendo y seguir dando pequeños pasos de bebé en la vida, una compleja y vieja canción trágica cantada por Toña La Negra. Eso es la vida, un viejo bolero que duele al ser escuchado y al saber que aunque lo has oído, no tendrás jamás dentro de ti el perdón de todas tus víctimas.

Después de ver ARRANCAME LA VIDA, la cinta de Roberto Sneider que ha sido estrenada en México en setiembre y acaba de ponerse en cartelera en nuestro medio, me queda esa sensación de que todo está tan claro que da miedo. Retratarse en una película quiere decir que ésta ha cumplido su función, como cuando el cura se siente realizado al estremecer los corazones encallecidos de sus feligreses en mitad de la homilía. Este pastor de almas desvalidas en que se ha coinvertido Sneider, junto al equipo de rodaje de la cinta basada en la novela de Ángeles Mastretta (1985) nos da varios mensajes en esta extraordinaria película que tiene todos los ingredientes de éxito: actuaciones impecables, guión fuertemente logrado, historia redonda, caudillos latinoamericanos como eje central y una deliciosa banda sonora. Ya lo dije, si está Toña todo lo demás cae por su propio peso. Y los viejos me darán la razón.


La metáfora mejor lograda y que me retorció el espíritu fue la de la quiromántica, cerrando el círculo de toda una vida. Fue aquella la que dio respuesta al inicio de sus dudas y la que le alcanza las sutiles recetas del final de la vida, sabiendo que eso iba a suceder. Algo así como cuando sabemos que las decisiones que tomamos en el presente volverán sobre nuestras cabezas algún día, por arte de magia, como karma ineludible escrito en la piel, dentro de los surcos de la carne. Y las nostalgias son eso, marcas indelebles en la piel.

La historia de Arráncame la vida es simple. Una vida a la sombra del caudillo típico, con dos maneras de ver su vida y una moral refractada, capaz de atender urgencias sociales, pero privilegiando su tesoro personal, dentro del cual exhibe como joya preciada a su mujer, una muchacha inteligente y rebelde, de mirada inevitable y de rasgos eternos, como si hubiera estado destinada a ser la mejor viuda de toda una época. Y ahí está la clave de la película, Catalina como eje central en torno al cual gira la historia. Muchos han señalado que esto hace cojear a la película, ya que el hecho de haber elegido las secuencias de imágenes que se interpretarán a riesgo de perder las de más alta calidad literaria sin vida, hace que no sea la más feliz. Pero a Catalina se la ve fresca. Yo puedo concederles que no hay mucha claridad en el tránsito de la niña a la mujer, de la admiración a la indiferencia, pero no importa, todos lo hemos vivido. La película cumple su rol motivador. ¿O acaso alguien me va a decir que nunca sintió eso, sea como víctima o como victimario?

Donde sí coincido plenamente con los críticos es en el desangelado rol de José María de Tavira, aunque para ser justos, debemos concederle el beneficio de la duda. Debe tratarse no de él sino del guión. No lo vi realmente radiante como para el personaje que estaba calzando. Ello, sumado al rol casi uniforme de Ana Claudia Talancón, hace de la parte final de la película algo soso, solamente corregido hacia el final del rebelde. Y ahí sí aparece el sentimiento de dolor, ese que surge cuando descubrimos que perdimos algo que no podemos recuperar.


El que se luce como pez en el agua es Daniel Giménez Cacho. Un General Ascencio medido, quizás demasiado a pesar de los gruesos vocablos, precisos en su mayoría, no llega a crear todo ese escenario de poder desmedido e inalcanzable que se logra con la novela y con la realidad. Aunque se nos vende la idea de mito y un aura de corrupción de la política posrevolucionaria, no logramos captar del todo la magnitud del caudillo. La medida justa ha sido quizás el punto débil del personaje.

Los dejo con el tráiler para motivarlos. Pero las expectativas estarán en función de varios ingredientes. Los ojos que yo le di vienen dados desde el alma, que no les quede dudas.






Ficha Técnica
Título Original: Arráncame la Vida
Título en Español: Arráncame la Vida
Director: Roberto Sneider
Protagonistas: Ana Claudia Talancón, Daniel Giménez Cacho, José María de Tavira
Reparto: Joaquín Cosio, Camila Sodi, Irene Azuela, Fernando Becerril, Carmen Beato, Guillermo Gil, Isela Vega
Año de Producción: 2008
Formato: 35mm.
Estreno en México: 12/09/2008
Casa Productora: Altavista FIlms

Y si quisiéramos hacer el itinerario doloroso de una vida alcanzada por los designios de un caudillo, tendríamos que recurrir el cancionero de Toña La Negra, por eso, termino esta nota con dos de sus temas más celebrados, ambos incluidos en la banda sonora de la película y que nunca perderán su vigencia. Disfrútenlos.












1 comentario:

Anónimo dijo...

Mi estimando Fernando, déjame contarte que se trata de la vida novelada del General Maximino Ávila Camacho, y pinta una realidad posrevolucionaria de mediados de los 30's del siglo pasado, realmente es una muy buena película que muestra como era México en aquellas épocas. El Protagonista de la historia no es ficticio fue hermano Presidente de México (en la novela es su compadre el gordo) y este personaje realmente fue Gobernador de su estado natal, Puebla, y realmente fue envenado en una comida con el sindicato más influyente de México, dicen que por sus adversarios políticos para evitar que llegara a la presidencia del país.

Realmente recomiendo la película excelente actuación de Gimenez Cacho y de Ana Claudia Talancón (muy guapa).

Saludos desde Méxcio

Jorge