En estas fechas, la mirada de mi hija y la paz de mi alma, siempre en familia, serán la bendición viva de Dios en mi vida, y la verdadera dicha de que cada día las cosas irán mejor.
Busca en tu corazón, entre tus recuerdos de infancia, tu amor de padre y la mirada dulce de madre, verás que existe un poco de ti, sin poses ni acomodos, loco, libre, feliz, eterno… qué se yo?
No hay nada como la tranquilidad de saber que estás haciendo bien y estás dando lo mejor de ti. No hay nada como la sonrisa de tus hijos o la alegría de los amigos, se alimenta el alma, se regocija el corazón.
Abraza la vida, abraza a los tuyos, abraza tus sueños. Dile a quien tú quieres que lo quieres o la quieres, bésalos, bendícelos. Sé feliz!
Cuando eres feliz, sales a la calle y baladras. Apareces, mezcla rara de penúltimo demente y primer piloto en el viaje a otras galaxias. Y todos te ven, y así medio loco y con alma de niño, te sacudes las alas y la tarde te cobija, medio cálida.
Qué bien se siente ser libre, no? El viento te da en la cara y el amor te sobresale. El perfume de la vida vuelve a ti, como aroma de café, frutas perfumadas, piel de mujer, caricias de madre, manitas de bebé.
Feliz Navidad y que el 2010 sea mejor.
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