“El más cubano de los españoles y el más español de los cubanos”

Antonio Machín representa eso que a muchos les es esquivo y extraño, es el merecedor del más grande afecto y respeto por su trayectoria impecable en la música y fuera de ella. Es algo así como un "restaurador de sueños", parafraseando el título del homenaje fonográfico que se le ha rendido en la isla de Cuba por el cantante canario Víctor Rodríguez y que ha merecido el Premio Cubadisco 2009.

El pequeño Antonio, hijo del descendiente de canarios José Lugo y de la negra Leoncia Machín en Sagua La Grande, nacido un día como hoy en 1911, llegó a ser grande y famoso, no solo por su timbre de voz, perfecto para decir al oído lo que toda mujer quiere escuchar y todo hombre no puede decir, sino tambièn por su carisma y porte señorial.

Y nos dice Joan Manuel Serrat: "he aprendido mucho de Machín y de la música que él hacía. Porque Machín era una esponja tremenda, en la cual cabía 'El manisero', 'Angelitos negros' y el repertorio de Oswaldo Farrés. También podía cantar guarachas con idéntica y pasmosa tranquilidad. Se lo sabía todo. Y alrededor de aquellas canciones, que eran historias, nacieron las vidas sentimentales de las gentes. Machín resultó fundamental".