Dueño de una voz privilegiada en el escenario y un don de gente sobresaliente fuera de él, el que fuera la voz por excelencia del Buena Vista Social Club hacia sus años señoriales, Ibrahim Ferrer, se sigue manteniendo en plena vigencia e influencia para los nóveles cantantes, a pesar de que no esté físicamente entre nosotros.
Con un aporte musical y presencia en la música cubana tradicional y cntemporánea que va desde los años cincuenta hasta su incursión en el proyecto que resucitó el interés del mundo por Cuba, pasando por períodos de oscurantismo y celos profesionales que lo mantuvieron autoexiliado de la música y recluido en sus propios recuerdos, Ibrahim Ferrer se yergue como el cantante cubano más querido después de Beny Moré. Hoy hubiera cumplido 83 años.
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