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sábado, 11 de abril de 2009

20 años de Salsa Picante




A mediados de los noventa, gracias a mi amigo Iván Antezana, pude conocer a Roy en plena emisiòn de su programa, en la extinta Radio Antena 1 (hoy es Nueva CPN Radio). Desde el comienzo, con su deprendimiento y la legión de amigos que lo seguían pude darme cuenta de que erqa una pesona especial, algo que disiente de lo común en el medio de los coleccionistas de música y de hombres de radio. Él encarnaba caballerosamente ambas cualidades como una persona sencilla, con mucho por enseñar y aprender.


Años después, tras seguir escuchando rigurosamente el programa, gracias a mi hermano Jorge Franco, pude retomar aquello que se quedó un tanto inconcluso, la amistad con Roy. Salsa Picante seguía creciendo, y la legión de admiradores y seguidores del buen gusto musical de Roy también.


Nadie en su sano juicio puede negar el increible y valioso aporte que ha brindado Roy al concepto de música latina en nuestro medio, terqueando sobre aquello que debía ser difundido a pesar de lo que todo hacía pensar que era lo correcto. Siempre cáustico sobre la programación de las radios comerciales y siempre irreductible desde su bastión de Santiago de Surco, Rivasplata ha seguido firme en una lucha solitaria contra sus propios molinos, y a pesar de todo se ha mantenido vigente a través de los años.


Durante los años de Radio Nacional tuve el alto de honor de poder colaborar con alguna de la música de la programaciòn de Salsa Picante, al lado de amigos tan queridos como Juan Díaz, Giuliana Acasiete y el siempre inquieto Javier Querevalú. Fueron tiempos de constante debatir al filo de la navaja, por la poca seguridad del espacio en las ondas radiales. Eventos que se han ido repitiendo en la historia personal de Roy al tener que dar cierre temporal más de una vez al Programa por la insensatez de los ejecutivos radiales.


Está pendiente una reuniòn con Roy, una entrevista de antología, que me debo a mí mismo y por supuesto a todos ustedes. No podré nunca dejar de agradecer a Roy por su amistad, su don de gente y su enorme espíritu de apertura hacia la música. Entre los que gustamos de los ritmos calientes, existe un código oculto, que se valora más allá de las canciones extrañas y las producciones secretas, y está en un simple estrechón de manos y una buena palabra dicha en el momento preciso.


Felicidades, amigo, que sigan muchos años de Salsa Picante.

2 comentarios:

Juan Diaz Lecaros dijo...

Sin palabras Fernando, honor a quien honor merece.
Queda pendiente la entrevista
Saludos y siga Ud pa' lante

Juan D L

Jorge Franco dijo...

Hola mi admirado amigo, còmo te encuentras?, un fuerte abrazo muy sincero a
la distancia, mis afectos son permanentes Fernando. Gracias por la
menciòn.. Salsa Picante se extraña demasiado, me acuerdo haberlo escuchado
hasta los primeros meses de mi bebe, hasta Mayo del año pasado, la hacìa
escuchar mientras la acurrucaba. Le perdì el rastro hasta entonces. No hay
que agregar màs de Roy, destaco su excelente gusto musical, su
desprendimiento personal muy difìcil de encontrar cuando se llega a ese
nivel de conocimiento y posesiòn de bienes, su humildad, una persona
excelente. Està demàs comentar la manera casual còmo empezè a escucharlo y
la influencia que marcò en mi para definir mi estilo musical e involucrarme
culturalmente. Cuando lo veas te pedirè que le des un abrazo muy fuerte de
mi parte.
¿què es de la vida de Javier
Querevalù?, cuìdate mucho.

Jorge