Permítanme la licencia personalìsima de escuchar algo que me apasiona: el cante flamenco. Y el cante tiene en Camarón de la Isla su máximo exponente, a quien hoy recordamos especialmente. Su paso por este mundo, con la bandera gitana por vestimenta y el corazón abierto por insignia, dejó la estela del arte del más alto nivel. Su verso de la más absoluta y compleja claridad lírica transmite, cada vez que es escuchado, una sensación profunda de emoción y alegría. Por eso es grande Camarón y así lo reconocemos y recordamos.
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