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domingo, 12 de julio de 2009

Entre la alegría de La Yumba y la tristeza de Adiós Nonino

Cuando escuché a Piazolla la primera vez quedé atrapado casi instantáneamente y para siempre. Es una de esas experiencias que te transforman, te acorralan, te dominan. 


De hecho, el tango no me es tan ajeno, lo escucho desde que tenía alrededor de 10 años, gracias a que mi abuelo tenía discos de vinilo de Julio Sosa y Francisco Canaro, de manera que crecí alimentando mi espíritu de esa música maravillosa, sentida, lastimera, que te deja profundamente sentido del lado del alma, como debe ser la música. 

Fue durante mi adolescencia que aprendí a disfrutar de otros géneros, como el latin jazz y poco después el jazz. Pero nunca dejé de lado el tango, incluso el tango fusión es fuente inacabada de sensaciones que ningún otro género puede provocar. 


Fue en ese camino exploratorio por las rutas del jazz que conocí a Osvaldo Pugliese, maestro indiscutible del tango, creador de obras fundamentales en ese género, hasta cierto punto vanguardista pero repetusdo de las esencias más populares del tango porteño. Camino que Piazzola no solo0 recorrió en sus años al lado de Pichuco Troilo sino que superó, o más bien, reconstruyó para darle un nuevo sentido a la música, al tango y al jazz, algo así como dos vías de una misma carretera. 

El disco que nos ocupa hoy es uno grabado en vivo en Carre, Amsterdam, en 1992, que reunió a estos grandes maestros, pianista uno y bandoneonista el otro, argentinos, universales, eternos, exploradores, genios. "Finally together" es el nombre del álbum y encierra mucho más que solo un concierto de dos grandes figuras, es una especie de cúspide en el camino musical de varias generaciones, un transitar por la música misma, y hablo aquí de sentir las notas como parte del aire que se respira, sentir esa piel como se transparenta al escuchar las notas de La Yumba en ese arreglo magestuoso que la combina con el Adiós Nonino, las piezas más emblemáticas de sus compositores. 


La Yumba la compuso Pugliese en 1946 y en ella logró separar, como dice el coleccionista DPABLO81, el ritmo de la melodia. Se trata de la repetición obsesiva de un diseño ritmico de dos compases en el que se intercalan trozos melódicos. Lo que importa señalar es que esta estructura musical seria empleada por Piazzolla en muchas de sus composiciones. De alli que se diga entonces que "La yumba" prefigura a Piazzolla, y podriamos agregar que también a Horacio Salgan. Como bien advirtio el estudioso Roberto Selles, una prefiguración mas antigua aun la dio Agustín Bardi en "Gallo ciego" (1916). Sin embargo, la arquitectura musical de muchas obras de Piazzolla reproduce la de "La yumba", como la arquitectura literaria de casi todos los tangos para cantar es la misma de "Milonguita" (1920).


Por otro lado, de Adiós Nonino se puede decir que es una pìeza nacida de la pérdida, de la soledad, casi del bajofondo de la condición humana agobiada por diversas circunstancias como sucedió con Piazzolla en esta composición a la muerte de su padre, don Vicente Piazzolla, en 1959, estando él de gira fuera de New York, donde radicaba. Dice al respecto su hijo Daniel Piazzola a decir de Diana en el libro Astor de 1986, "papá nos pidió que lo dejáramos solo durante unas horas. Nos metimos en la cocina. Primero hubo un silencio absoluto. Al rato, oímos que tocaba el bandoneón. Era una melodía muy triste, terriblemente triste. Estaba componiendo Adiós Nonino". 




***

Sobre "La Yumba" 
Por: DPABLO81

La palabra "yumba" no es aborigen ni tampoco africana. Se trata de una voz onomatopeyica creada por el autor, Osvaldo Pugliese, para denominar la marcación ritmica de su orquesta. Pugliese, comenzo a difundir este tango hacia 1943. Sin embargo, no lo llevo al disco hasta el 21 de agosto de 1946. cuando escribio "La yumba", ya era el autor de "Recuerdo" -uno de los tangos más originales que se hayan escrito jamás- y también de "Negracha" (1942).

Tal vez "La yumba" no haya sido más que una travesura, un compendio informal y divertido del compas de su orquesta, caracterizado por la caida del acento sobre el primero y tercero de los cuatro tiempos. Si solo quiso hacer una broma musical, nunca se sabra. Muchas veces el artista, el creador, comienza por un camino, se desvia por otro y llega a la cumbre: Dante se propuso un panfleto contra los guelfos y llego a la "Divina Comedia"; Hernández se propuso un libelo contra el ministro Gainza y llego al "Martin Fierro". Pugliese, más alla de sus propositos, o de sus calculos, llego con "La yumba" a la vanguardia en la mitad de la decada del Cuarenta. Natalio Etchegaray, uno de los hombre que más proximos estuvieron a Pugliese, ha escrito que la expresión tanguistica del gran maestro era milonguera, sincopada, polirritmica y canyengue, y recordo lo dicho por Raúl Garello: "No es facil encontrar (en las versiones de Pugliese), la melodia: esta vive oculta o detras de su tejido ritmico y armonico".

En "La yumba", Pugliese separo el ritmo de la melodia. Se trata de la repetición obsesiva de un diseño ritmico de dos compases en el que se intercalan trozos melodicos. Lo que importa señalar es que esta estructura musical seria empleada por Piazzolla en muchas de sus composiciones. De alli que se diga entonces que "La yumba" prefigura a Piazzolla, y podriamos agregar que también a Horacio Salgan. Como bien advirtio el estudioso Roberto Selles, una prefiguración mas antigua aun la dio Agustín Bardi en "Gallo ciego" (1916). Sin embargo, la arquitectura musical de muchas obras de Piazzolla reproduce la de "La yumba", como la arquitectura literaria de casi todos los tangos para cantar es la misma de "Milonguita" (1920).

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