Hacia la década del noventa mi pasión por la música ya crecía a pasos agigantados. De hecho, me esforcé mucho por reunir lo más que pudiera de la discografía del maestro Tito Rodríguez.
Y llegó a mis manos este disco que me transportó inexorablemente a mundos extraños apenas lo escuché, por todos los motivos posibles, incluyendo el placer secreto de los coleccionistas cuando tienen entre manos una pieza clave. Y es que yo pertenezco a una generación en la que estaban por desaparecer los vinilos y en la que no necesariamente se había abordado -al menos en mi casa- la idea de consumo que se tiene hoy.
Esa tarde de invierno por la Avenida Lampa, al lado de mi buen amigo Carlitos Lértora "Che", descubrí más que una joya musical. Era Tito Rodríguez en unas versiones extrañas, vanguardistas para su epoca, pero atrevido en cuanto a su propuesta. Todos los números del disco son buenos, pero esta Hipótesis llamó siempre mi atención de manera particular. Y hoy lo comparto con ustedes. Disfrútenlo!
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