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jueves, 26 de noviembre de 2009

Rolando Laserie: Cuba 27/08/1923 - Florida 22/11/1998

Como muchos de los hijos de los ochenta, yo también conocí a Rolando Laserie -lo confieso- a través de Hola Soledad, uno de sus boleros más conocidos en el Perú pero también uno de los menos importantes en su larga trayectoria. Años después, por la calva bedita de Pepe Sardón aprendí a conocer otros temas y un poco más sobre la trayectoria de este cubano fundamental que hizo historia en los escenarios del mundo.





Niño prodigio, Laserie desde los tempranos 9 años aprendió a tocar los timbales, instrumento al que se dedicaría en los primeros años de su vida profesional, alternando con el oficio de zapatero. Como percusionista, actuaba de forma esporádica con la Banda Municipal de Santa Clara. Cuando tenía 20 años sustituyó a Miguelito Cuní en una presentación que hizo en Santa Clara la orquesta de Arcanio y sus Maravillas.
Desde los primeros atisbos de su genialidad ya podía advertirse lo lejos que llegaría, la historia que aportaría con su vida misma. En su primera grabación, Mentiras tuyas, de Mario Fernández Porta, se aprecia ya su estilo único. Otro de sus aportes fue incorporar la forma de decir de la rumba, especialmente del guaguancó, con permanentes incursiones coloquiales y verdaderas escenificaciones de diálogos.
Todo eso y su excelente y cálida voz, hicieron que desde su primer single, grabado en 1957, Laserie se convirtiera en un ídolo con título propio: "El Guapo" o "El Guapachoso" de la canción, que de ambas formas se le conocía. Estos atributos le ganaron un injustificado ataque por parte de la crítica, que asumía la cursilería reinante como un patrón.
Rolando Laserie era osado en grado sumo. Entre otras cosas, se atrevió a hacer una recreación personalísima de Lágrimas negras, un verdadero clásico. Era un artista inteligente y sabía o intuía que la música cubana debía su grandeza a su insólita capacidad de establecer cánones y romperlos casi inmediatamente, lo cual había creado una verdadera tradición popular, una cultura, que permitía asimilar las novedades, siempre que estuvieran avaladas por la calidad.
El pasado 22 de noviembre, tras 11 años de su partida, recordamos a Rolando Laserie, el Guapachoso, el de la gorra, cubano antes que cualquier otra cosa.
Gracias a
Joaquín Ordoqui García (http://www.radiorabel.com)

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