Calificado por el investigador y etnólogo cubano, el sabio Fernando Ortiz, como un revolucionario musical, la figura de Chano Pozo emerge como símbolo de una nueva sociedad, sincrética en sus formas y frenética en sus ritmos, a decir verdad, de una nueva manera de entender las fusiones musicales y culturales a partir de las experiencias de integración de los inmigrantes latinos en tierras norteamericanas.
Más allá de todo ello, el talento innegable que le fuera concedido a Luciano Pozo le permitió abrirse de puertas inimaginables, tocando y alternando con músicos de talla gigante en el mundo del jazz, género que acaparaba la atención de propios y extraños en el floreciente siglo XX.
Por otro lado, la pertenencia de Chano a la Sociedad Secreta Abakuá, permite una coherente explicación sobre el dominio que tuvo de los tambores propios del rito. En el libro ¡Caliente!, del investigador belga Luc Delannoy, se señala que cuando Chano vivía en La Habana, tenía costumbre de tocar ritmos sagrados en sus congas, así como de cantar temas abakuás y yorubás.
En la década de los cuarenta, Chano Pozo, cubano inyectó al jazz norteamericano de una nueva y vigorosa energía, gracias a la visión del músico Mario Bauzá. Trabajó junto a figuras de la talla de Charlie Parker y Dizzy Gillespie, siendo con Dizzy cuando popularizó el conocido tema de "Manteca".
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